Estanterías [Libre]

Entré a la biblioteca; era una sala enorme repleta de estanterías casi hasta el techo, con algunas mesas de estudio entre ellas.
Me acerqué hasta una estantería en particular y comencé a mirar los libros que contenía, buscando algo que pudiera interesarme. Ni siquiera me había parado a mirar si Antonio me había seguido.

En cuanto puso un pie en aquella sala todo su cuerpo sufrió un tremendo escalofrío. Había...tantos...libros... Estanterías y estanterías que tocaban el techo que se alzaba a mas de diez metros sobre ellos. "Ay Dios..." pensó mareándose y sentándose con las piernas abiertas en un sillón del lugar.
Ojalá Arthut no se demorase mucho en aquel lugar.

Giré la cabeza para ver al español entrar tras de mí. Sinceramente, esperaba que no se muriera de un esguince cerebral por exceso de cultura.
Sonreí un poco al ver como se dejaba caer en un sillón, mareado. Solté el lubro que estaba mirando y me acerqué a él.

-Así que es cierto que eres alérgico a los libros, spaniard.-me crucé de brazos- Así no me extraña que hayas repetido curso.

N...no es alergia...-protestó ante aquel comentario-Solo es que me imagino cuantas letras habrán en total entre todos los libros de la sala y me esta dando un ataque...-dijo aquello como si fuera lo más razonable del mundo. Y es que para él lo era.
Intentó simular una sonrisa mientras agarraba al rubio de la muñeca y tiraba atrás su mano haciéndole caer encima suya, sentado sobre él. A ver tus gustos literarios...-sonrió complacido esperando que el chico se sorprendiera porque conocía la palabra 'literario' y su significado.

-Si, es totalmente normal...-rodé los ojos. Entonces sentí un tirón de mi muñeca, para verme de pronto sentado sombre "mi tecnico".- Wait! ¿Qué demonios estás haciendo, batard?-Oh no por favor, no me digas que me ha tocado un pervertido..
-¡Y mis gustos literarios no son de tu incumbencia!-contesté. Si alguien se enteraba de que en mis ratos libres leía libros de magia se pensarían que aspiro a ser un arma oscura y me echarían de la escuela.

Comenzó a intentar leer lo que el chico llevaba leyendo todo el día. Símbolos extraños y dibujos incomprensibles. El mareo de hizo más intenso mientras sentía forcejear al rubio encima de su regazo al parecer incomodo.
N...no entiendo nada...-jadeo acariciándose la sien con los dedos indice y corazón-¿Qué diablos pone ahí?

-¡No lo tienes que entender!-repliqué, arrebatándole el libro de las manos. *Mierda mierda mierda...* pensé, nervioso. Esperaba que no me pillara...

Abracé al chico por la cintura colocando las manos en el estomago y la cabeza en el hombro.
Eres tan listo que entiendes idiomas antiguos...mola...-dejo caer mirando al libro fijamente sin darse cuenta de que era aquello ni de que significaban los signos del libro. Si ni siquiera sabía lo necesario como para aprobar un simple examen, menos sabía de magia.

-¡Q-quita las manos de ahí!-le ordené, guardándo el libro de nuevo para pasar a desprender las manos de Antonio.-! ¡Apenas te conozco como para que me toques con tantas confianzas!
Consegí levantarme a duras penas -si que era fuerte el bastardo- y me dejé caer en la butaca junto a él, a una distancia prudente, ligeramente sonrojado.
-A-antes que nada, cuéntame quién demonios eres.-dije, intentando no mirarle demasiado- Y no me refiero a tu nombre-fruncí el ceño-ya que voy a ser tu Arma quiero saber cosas de tí...

Se mostró confuso ante la reacción del chico al abrazo, el compañero y la compañera que había tenido en los años anteriores nunca se habían mostrado reacios al contacto físico, es más se abalanzaban hacía el. "Él es diferente" pensó con una sonrisa escuchando la petición de saber más.
Soy un chico senzillo, solo destaco en fuerza y en cuanto a mi vida no sé...no hay nada realmente interesante...¡Ah, si! ¡Me gustan mucho los tomates!-gritó haciendo eco por toda la biblioteca.

No pude evitar un ligero tic en la ceja. ¿Acababa de gritar que le gustaban los tomates...?
-A-ah...Tomates...-repetí, despacio. Increible.-Otra cosa... no es tu primer año, por lo tanto ya deberías tener un arma.. ¿porqué no la tienes?-esa duda llevaba acechándome bastante tiempo, aunque no sabía muy bien si era correcto preguntar... Pero la curiosidad me mataba.

Cuando una persona repite, su compañero no ha de hacerlo, ¿entiendes?-dijo dedicándole una gran sonrisa-Cateé por falta de conocimiento teórico y me toca repetir y a mi compañero le toca escoger un nuevo técnico de los de cursos superiores.

Desvié la vista de la sonrisa del moreno. Otra vez esa sensación molesta...

-Hum...-dije, simplemente. Pensar que si el idiota español repetía este curso de nuevo me quedaría abandonado a mi suerte me dió escalofríos.- Más te vale no suspender este curso. Pienso encargarme personalmente de que estudies, así que ve haciéndote a la idea, idiot.- le amenacé.

¿Para qué te crees que te escogí a ti de compañero, memo?-bufó molesto el castaño fijando sus ojos verdes en los esmeralda de su compañero-No me pienso separar de ti ni para ir al baño, a ver si así se acaba pegándome ese aire intelectual que tienes, rubito.

"¿Memo? ¿rubito? ...Respira holdo Arthur, no lo asesines, lo necesitas."
-Preferiría que me dejaras tranquilo al menos para ir al baño, spaniard.-respiré hondo para controlar el tic en mi ceja (otra vez ese maldoto tic)- Y me llamo ARTHUR, no rubito, y lo sabes de sobra, así que empieza a usar mi nombre. -le dí un golpecito en la frente con el dedo índice.

No, no, -insistió con una gran sonrisa- ni para ir al baño me separaré de ti.-Hizo caso omiso al comentario sobre llamarlo por su nombre, Arthur, y le tomó la muñeca comenzando a jugar con ella- ¿Qué tal si cuando acabes de leer vamos a practicar y luego a coger tus cosas personales, Ar-chan?

-H-humpf...-no pude evitar hacer un puchero bastante infantil al oir su respuesta, gesto que borré de inmediato. Solté mi muñeca- ya he acabado, Anthony-remarqué su nombre en inglés con burla- Y apréndete mi nombre. Va enserio.Me levanté del sofá para mirarle enfadado.
-¿Y dónde vamos ahora?

Se levantó poniéndosela frente al chico sonriendo tras haber oído su nombre en una lengua extranjera. ¿Había dicho Anthony? La verdad es que sonaba realmente bien.
Vale, vale,-respondió depositando un beso leve en la mejilla del rubio-Me aprenderé tu nombre Ar...Ar....Ar-chan-saca la lengua inocente incapaz de recordar el nombre-
Mmmm....¿A dónde podemos ir...? ¡Ah, claro! ¿Y si recogemos tus cosas y vamos a dejarlas en nuestro piso?

-¡M-me...me llamo Arthur, bloody hell!-grité, mosqueado por el hecho de haberme sonrojado por el beso del bastardo español. ¿Acababa de convertirme en una quinceañera tonta o qué?-Aag, como sea...si, vamos a nuestra habitación. No se dónde demonios está, así que guíame tú.

¿Nuestra...habitación...? Dormimos en habitación separadas en un piso de cuatro personas...-ríe imaginandose lo que había querido el inglés- Teniendo en cuenta que solo hay una cama por habitación....¿Acaso querías dormir conmigo Arth...Ar-chan?-Su carcajada se hizo sonora en toda la biblioteca mientras salía del lugar con una gran sonrisa en el rostro.

-¡No seas idiota, era solo una forma de decirlo!-me iba a empezar a doler la garganta de tanto como estaba gritando ese dia-¿Quien demonios iba a querer dormir contigo, acosador? Prefiero que haya una puerta entre nosotros, gracias.-preferi cruzarme debrazos para no golpearle, pero es que de verdad agotaba mi paciencia.No me quedo mas remedio que salir tras el