¿Nya? ¿Te encuentras mal? ~ [Libre]

El día había sido tan aburrido, que Amélie haría lo que fuera por tener un poco de diversión.
Todo el mundo andaba haciendo cosas, y no tenían tiempo de prestarle antención, así que decidió ir a dar una vuelta alrededor de Death City.
En su camino por una de las calles secundarias, se había topado con una de sus tiendas favoritas para cuando no tenías nada que hacer: una sexshop.
Con un suspiro de satisfacción entró dentro, y se compró un disfraz muy sexy de enfermera. No sabía ni porqué lo había hecho, pero al ver las torres del Shibusen a lo lejos, se le ocurre una brillante idea que la hace sonreír burlona.
Así que se encaminó a su destino: la enfermaría del colegio.
Alguien interesante habría allí, seguro.

El título de enfermero era...tan gay, miro la puerta de la enfermeria con un tic en su ojo que amenazaba con dejarlo bizco mientras se quitaba la ghutra cuadrilles de la cabeza.

Él solito se lo había buscado, suspiro pesadamente abriendo la puerta de una patada mientras los colores blancos le fregaban las pupilas, quizás no resistiría tanto como imaginaba en un principio.

Investigo el lugar, cada remedio, cada herramienta conn extrañoo y sutil cuidado que solamente tenía para las armas, sonrío de medio lado, con aquellas cosas no podría asustar ni a un pequeño niño, bueno, siempre tenía su gorila e imponente persona de voz ronca para amenazar a los mocosos que trataran de pasarce de listos.

Mientras esperaba la desgracia de alguien abrió una ventana y fumo con tranquilidad, sentaba bien no ocultar su rostro todo el tiempo...

(Espero que me pueda colar al temita ;w; Uu)

[ Claro No hay problema~ ]

Ya sabía ella que tenía un cuerpo de infarto, pero tampoco era como para que tantos alumnos y alumanas la estuvieran observando de aquella manera tan poco cantosa.

¿Llamo tanto la atención? se preguntaba ella inocente, cuando el minúsculo traje de enfermera color rosa pálido lograba a duras penas tapar las zonas más indebidas. Traía una gorrita a juego, con una ✚ en el centro de color rojo.

Cuando llegó frente a la enfermería, se ajustó el exuberante escote para luego llamar con tres toques en la puerta.

Le habían dicho algunos chicos que ya había llegado el encargado del lugar y no podía esperar a conocerle.

¿...Qué? ¿Tan pronto había alguien herido? Rogo para sus adentros que fuera algo grave, se moría por no usar anestecía. Apago la colilla en la ventana y la arrojo al basurero para ver de quien se trataba.

Como buen giganton no tuvo que dar más que un par de zancadas para llegar a la puerta, abrió y parpadeo algo confundido.

Ya sabia él que las mujeres no eran igual que en Irak, no eran tan conservadoras y eran ucho más independientes, pero empezar así su primer día era algo fuerte para él, era demasiada carne para ser perdonada.

-Ahm....es la enfermería. Quizás la fiesta de disfracez este dos aulas más allá-Señalo a un lugar random.

¡Nya! ¡Qué lindo es! - Amélie sonrió con la amabilidad y confianza propias de ella. Y, como casi siempre, no hizo casi de lo que le dijeron. haciendo oidos sordos a lo de la "fiesta de disfraces".

- Soy la nueva ayudante de enfermería, Amélie Bonnefoy. ¡Un placer conocerle, Doctor~ ! - Extendió su mano hacia delante, en una mago de estrecharla con el muchacho y así "presentarse" y comenzar a conocerse.

Estaba muy coqueta, con la miraba azulada en los ojos de él. Sin miedo, ni vergüenza.

Ladeo la cabeza confundido, no era doctor exactamente, bueno, tenía un título, pero solo para rango militar, él más bien era un reparador de armar, pero era algo que no tenía porque explicar.

Dudo un poco en estrecharle la mano, pero al final acabo cediendo, trato de no ser tan bruto y a la vez rapido, sin que el saludo tardara más de lo necesario.

-Un placer, supongo-Suspiro pesadamente, decir su nombre real era como hablar de un trabalenguas, así que se límito a su apodo.

-Abi Al Saud, si es ayudante entonces...trabajaremos juntos de aquí en adelante-Murmuro de forma obvia, creyó que trabajaría solo, pero bueno, quizás acabara por ser algo positivo.

-Que...nos llevemos bien...-

-¡Yo también lo espero, Doctor~! - Aunque la rubita había notado la incomodidad del enfermero, no pudo evitar abrazarle cuando el otro ya se sentía fuera del peligro de rozar alguna parte de ella. No duró mi tres segundos, Amélie era la más rápida de entre las de su especie.

Cuandop se separó le guiñó un ojo y pasó por su lado como si nada. La enfermería era feísima al gusto francés de la muchacha. Si la dejaban, pensaba remodelarla de la mejor manera posible. En tres segundos había decidido hasta que tipo de plantas pondría en las ventanas.

-Nya... - Maulló sorpresivamente mientras se ajustaba el sombrero a juego con el vestido. - ¿Qué debo hacer ahora, doctor~?