Borrachera [Antonio/ Arthur]

-¡...sueltame! ¡Que me sueltes he dicho! Bloody hell!
No se como no me canse de quejarme durante todo el caminoma casa, ni como pudo hacer Antonio para cargarme sin siquiera vacilar.
Tampoco supe como abrio la puerta. Solo se que de pronto me dejo caer, y cuando quise darme cuenta estaba dentro de la bañera.

Comencé a desnudar al rubio impasible a sus protestas y a sus golpes. El alcohol seguía dentro de su cuerpo, subiendo al cerebro y embriagandolo, pero aún así se mantuvo sereno mientras intentaba ayudar a su compañero de piso.
Para ya, estúpido borracho-masculló mientras deslizaba hacía abajo los boxers del inglés encendiendo el grifo para que el agua fría le golpeara de lleno en la cara y le hiciera recuperar la cordura.

A pesar de mis protestas, gritos y pataleos el español comenzo a desvestirme. Agarre mis boxer fitmemente a mi cintura, evitando que fueran bajados por completo y me quedara desnudo frente al español.
La situacion comenzaba a asustarme enserio; no porque pensara que el español fuera a abusar de mi, sino porque si seguia asi iba ver las cicatrices que Scott habia ido dejando en mi espalda, el motivo por el cual no me gustaba que otro hombre cruzara la barrera de seguridad que yo habia impuesto.
Y Antonio decididamente la estaba cruzando.
-¡No estoy borracho, bloody wanker!-le grite, a pesar del agua que me daba de lleno en la cara, lo quemhizo que casi me atragantara. Tosi varias veces y me aparte del chorro.- ¡Escuchame por una puta vez en tu vida!
Enfadado, frustrado y cansado de la situacion, tire de la camisa de Antonio para que fuera estavez sucabeza la que acabara bajo el agua.

Cerré los ojos, mareado y borracho, mientras sentía el agua fría caer sobre mi cabeza como agujas de hielo. Un jadeo se me escapó de entre los labios mientras mis ideas se serenaban un poco más dando paso al preludio de la resaca que tendría el día posterior a aquella noche.
-Arthur...-protestó antes de resbalarse con el borde de la bañera y caerse encima del rubio, empapándose por completo.

Me quedé bloqueado cuando el moreno calló dentro de la bañera, justo encima de mí. La escena del bar volvió a mi cabeza sin poderlo evitar, mientras mis ojos se desviaban a sus labios. Aparté la vista, golpeándome internamente por tener ese tipo de pensamientos.
-Fuck you...-le espeté, pero no sonó como el insulto mordaz que pretendía que sonara.-Por ser un puto borracho avasallador.

Se removió juntando más su cuerpo al del menor sonrojado. Los recuerdos de lo sucedido en el bar golpearon su mente a una velocidad vertiginosa provocando un intenso rubor en su rostro cubierto por el agua fría que caía sobre los dos.
Arthur...-la voz salió de su boca extraña, como anhelante, deseosa de continuar lo que había interrumpido Lovino aquella noche.
Y así lo hizo. Los labios de Antonio rozaron los del inglés con cuidado, dispuesto a apartarse si el chico le rechazaba.

Quise pensar que era a causa del alcohol, pero fuera por lo que fuera ahogué un gemido cuando Antonio presionó su cuerpo contra el mio. Me dejé llevar, enredando mis brazos en su cuello para presionar más mis labios contra los del español, cálidos a pesar del agua fria que nos mojaba. Entreabrí mis labios con vacilación, rozando apenas su labio inferior con la lengua, mientras situaba mi mano derecha en su nuca.

Los labios del inglés buscaron los suyos mientras ambos cuerpos se enredaban bajo el agua manteniéndose con firmeza.
Antonio, el más sobrio de los dos, se removió inquieto bajo el agua. Algo iba mal, pero que muy mal. Algo en su interior le decía que no debía avanzar más con su compañero pues era su arma y aquello solo generaría problemas entre ambos. Y si tenían problemas, Antonio y Arthur nunca podrían sincronizar sus almas para luchar.
Se apartó de golpe rechazando la mano del rubio y le miró, entre sonrojado y jadeante, rebelándose contra el efecto del alcohol y su deseo sexual.
-Esto esta mal...

Miré al español fijamente un momento, confuso, mientras asimilba lo que acababa de pasar.
...perfect. Tampoco tenía que estar muy sobrio para saber que Antonio le acababa de rechazar después de ser él quien iniciara el beso.
Empujé al moreno con fuerza, escabulléndome de debajo de él, más enfadado que avergonzado. Primero el beso del bar, luego lo del italiano y ahora eso. Fucking damn...

-Si está tan mal procura dejar de ir besando a la gente porque sí... stupid, fucking bastard!-le espeté, mientras abría la puerta del baño, saliendo al pasillo y dirigiéndome rápidamente a mi habitación, dejándo un rastro de agua por el piso.

El chico le apartó de golpe saliendo apresuradamente de la bañera y mascullando una serie de insultos en su lengua materna. Antonio se dejó apartar y lo vio incorporarse mientras le acusaba fríamente de lo ocurrido.
Y tenía razón. Arthur tenía toda la razón.
El moreno era aquel tipo de personas que se dejaban llevar por sus impulsos. Sobretodo por los impulsos sexuales. Solía complacer aquellos impulsos sin darle importancia. Era solo sexo, ¿por qué no hacerlo? Pero aquella noche el que había despertado aquel tipo de impulso fue su compañero.
-Lo siento...-murmuró en cuanto agarró el brazo del inglés deteniendo su apresurada carrera.-No me odies...

Me zafé de su brazo de un tirón; era ridículo pensar cuántas veces había echo ya ese gesto en el poco tiempo que conocía al español. Le miré directamente, con ganas de darle por fín el puñetazo que se había ganado. Pero para variar, no lo hice. No se merecía que volviera a tocarle ni para

-Es así como eres enrealidad...¿no es así? -le miré friamente, pronunciando mis palabras con indiferencia- Esos que hacen lo que les apetece cuando les aperetec sin importarle nada más.-me recordó tanto a Scott que tuve ganas de vomitar otra vez. No me creía que se me hubiera nublado tanto la mente como para besarle.

-¡No soy así!-protestó volviendo a agarrar al rubio, esta vez por la muñeca.
Tiró del chico hacía él abrazándolo y hundiendo su rostro en el hombro del chico, obligándose a agacharse un tanto debido a la diferencia de altura entre ambos.
-Lo último que quiero es caerte mal, Arthur...-confesó quedándose en esa postura y suspirando en el rostro de este-Siento ser impulsivo y un poco cerdo...pero no quiero que me odies por ello...

Pues si no quería caerme mal, no iba por el buen camino precisamente. Jodido español, otra vez con sus jodidos abrazos. Si solo se hubiera comportado de una manera más
-Impulsio y un poco cerdo...-repetí, hastiado.- Bonita manera de suavizarlo.

Suspiré, empujándole con suavidad para que se separara.

-Look, spaniard. A partir de ahora limítate a quedarte a más de medio metro de mí y todo irá bien, understand?-dije, mirándo a otro lado de la habitación.-En cuanto a que eres mi tecnico...well, intentaré que no afecte o lo que sea. Pero déjame tranquilo.

Separó la cara del hombro y le dedicó una sonrisa cegadora al rubio mientras lo mecía un poco en el abrazo.
-Que bien que no me guardes rencor por esto~-masculló agarrando al menor por la cintura y comenzandolo a mecer.-Aunque parezcas un soso, estirado y un aburrido, eres bastante majo Arti~ Fusososososo~
Depositó un beso en la mejilla del chico antes de dejarlo en el suelo y separarse de él solamente un paso, como si intentara poner algo de distancia pero no quisiera.

Soso, estirado y aburrido... La madre que lo-No me llames nombres estúpidos spaniard.-repetí por enésima vez desde que lo conocía.-Y tranquilo, no voy a enfurruñarme como si fuera una colegiala despechada- repuse, alzando una ceja.- Solo mantén tus manitas para tí a partir de ahora.

Agradecí que me soltara de una vez. Era un poco incómodo tener a un muchacho abrazándote estándo medio desnudo...
Vale, justo entonces recordé que solo llevaba los boxers puestos. Estoy seguro de que mis mejillas se colorearon un poco.

-Bueno, como sea-desvié la vista- Voy a ponerme el pijama de una vez. Alguien se ha dedicado a quitarme la ropa así porque sí...-dije, sarcástico, y me dirígí a mi habitación otra vez.

Dejo que se fuera y se acostó en el sofá apresando el canal de la tele y encendiéndola mientras el inglés entraba en su habitación seguramente para vestirse y dormir.
En la pequeña pantalla apenas hacían nada interesante, algún programa de cocina barato y algún documental sobre animales mediodormidos...
El sueño se apoderó de él mientras su músculos se relajaban tras aquella noche de borrachera y juerga. Después de todo lo ocurrido aquella noche, Antonio tenga algo MUY claro: nunca, pero que nunca, saldría de nuevo con Gilbert...por más que este insistiera...