Casita, casita, casita. [ Alfred/Lovina]

A pesar de ser un auténtico ganador de las guerras de almohadas, pues casi todas las noches lo hacía en su antiguo hogar, nunca lo había probado con una chica, Lovina era diferente era intrépida y no la conocía, por lo que era normal que lograba despistarle y quizás ganarle.

- No podrás vencer a un ...¡HÉROE! - Vociferó en alto, sin miedo y lleno de una energía que parecía no tener fin.Se dejo llevar por el golpe de la almohada, tirándose de lado sobre la cama, como si el golpe solo le moviese, y al mismo momento atizó con la almohada desde arriba, dando a la chica sobre el hombro. Era un héroe, uno que no pretendía nunca golpear a una chica.Ellas debían de ser salvadas por él.

¡Idiota! Si tu eres el héroe, yo soy la villana ¿ Crees que puedes ganarme con un golpe tan triste? - Articulé jadeando por el último golpe. No es que me cansara tan rápido, pero tanto grito y golpe por todas partes menguaban mis fuerzas.

Había caido hacía el lado opuesto al de Alfred, estando yo de espaldas a él. Mala posición para ser la vencedora del "duelo".

Iba agritarle algo más, pero un sonido irreconocible se escuchó desde otra parte de la casa. Tampoco podría decir de que lugar, pues aún no estaba familiarizada. Pero... Era algo inquietante. El cejón y el moreno tonto se habían ido a hacer recados para el Shibusen ¡No podían ser ellos!

Me quedé mirando la puerta con el ceño arqueado. - ¿Qué ha sido eso?

-¡Un héroe no necesita de técnicas espectaculares de combate en la cama!
Y aún a pesar de no bajar el tono de voz y mostrar una incansable sonrisa parecía estar lleno de energía, lo parecía, pues tenía esa fachada.
-¡Eres la peor villana que he visto! ¡HAHAHA
Echó a reír de manera sobrenatural hasta que oyó el mismo ruido en la casa, cosa que le desconcertó y se pudo notar a simple vista cuando su rostro perdió la sonrisa y se volvió serio.
Se giró un poco, soltó la almohada y apoyando un codo miró hacia a un lado moviendo el cuello para poder ver la puerta.
-No lo sé, y como héroe es mi deber investigarlo¡Allá voy!
Apenas terminó la frase se tumbó totalmente sobre la cama y con un movimiento de los hombros rodó brevemente hasta acercarse al borde de la cama, donde bajó los pies para levantarse con apenas esfuerzo, sin tener que recurrir a los brazos.
- ¿Vienes~? - Sonrió con una sonrisa animada, con bastante emoción por saber qué había, mirando a la chica, animándola a seguirle si queria.

Recuperé lentamente mi común expresión seria y malhumorada. Los juegos de niños estaban bien, pero solo para un rato y si aún continuabas en tu infancia. No entendía mi manera de proceder momentos antes. Aunque casi podría asegurar que Alfred tendría algo que ver.

Asentí en silencio a su pregunta, cuanto menos sonido mejor. Por nada del mundo sería bueno "delatarnos". Siempre cabría la posibilidad de que fuera un ladrón, o sujetos semejantes.
No tardé demasiado en ponerme sobre la cama, crujía levemente pero sin apenas llamar la atención. De un rápido movimiento, salté hacia el suelo. La reacción esperaba podría haber sido facilmente un gran " PUM!", producto de la fuerza ejercida en el brinco; sin embargo no emití más que un leve quejido del suelo, casi como si en vez de una perona hubiera caido un gato. Yo también podía ser delicada cuando quería.

- Te seguiré a donde tu vayas. - Aclaré en un susurro y mirándole de lado. Sin esperar más, me dirigí de puntillas a la puerta entornada.